Mucomucil afloja las secreciones y promueve la expectoración. Debido a su capacidad para cambiar las características de las secreciones cualitativa y cuantitativamente, la N-acetilcisteína influye sustancialmente en la evolución y resolución de los trastornos pulmonares, reduciendo el riesgo de complicaciones por retención de los vasos y la consiguiente falla en la aireación de los pulmones. La actividad de “barrido oxidante” se ejerce tanto de forma directa como indirecta, manteniendo y / o aumentando los niveles de glutatión, del cual la N-acetilcisteína es el precursor.
La N-acetilcisteína también tiene propiedades antídoto para la sobredosis de acetaminofén (paracetamol). Durante las sobredosis, puede producirse el agotamiento de las reservas celulares de glutatión. La N-acetilcisteína actúa como una combinación de sustrato alternativa, que ayuda a restaurar los niveles de glutatión, con lo que se reduciría la extensión del daño hepático. La precocidad de su uso reduce el grado de daño, por lo que es mejor administrarlo dentro de las 24 horas posteriores a la ingestión de una sobredosis de acetaminofén (paracetamol).